Si pudiéramos ver la dimensión que implica traducir la Biblia al idioma del corazón de cada etnia del Al procurar librarnos de nuestra propia inclinación de una cultura orientada a lo impreso, necesitamos considerar, no sólo la clase de medios y géneros de discurso (por ejemplo, narrativa) que son los más apropiados para las culturas orales, sino también las maneras más efectivas de usar esos géneros y medios.
¿Qué les gusta ver y oír a los no lectores? ¿Qué disfrutan al oír?
Sus selecciones no necesariamente serán las mismas que las de los comunicadores en impresos. Si los estilos de presentación son los que prefieren los comunicadores orales, con mayor probabilidad oirán, entenderán, y recordarán lo que oyen.
La calidad del sonido se valora en alto grado
Los comunicadores orales son afectados profundamente por la calidad de sonido de lo que oyen y no sólo por el contenido. Les gusta especialmente el sonido de poemas, cantos y frases atractivas. Al conversar, están alertas a la entonación y cualidades de la voz de todo el que habla, y son rápidos para percibir la insinceridad o significados ocultos. Al escuchar relatos, se dan cuenta de todo matiz de la voz del que narra, y aprecian al narrador que modifica su voz para que se ajuste a cada parte del relato.
En muchas culturas orales, los que oyen se sienten en libertad de interactuar con el narrador y participar en el mismo relato. Cuando los comunicadores orales interactúan en la lectura, por lo general prefieren leer en voz alta en grupos, con la interacción social usual, antes que leer solos o en silencio.
En muchas culturas orales las formas principales de arte son verbales, tales como poemas épicos y baladas. 2 Las competencias verbales también son comunes, tales como tratar de superarse unos a otros en alabanzas, insultos, adivinanzas o chistes.
Las comunicaciones impresas
Los comunicadores en impreso, por otro lado, son más afectados por el contenido de lo que leen que por el sonido de lo que oyen hablado. Evalúan un discurso en base a su claro razonamiento antes que por la belleza o claridad de su articulación. Prefieren escribir cartas al editor que tomar parte en un debate en vivo. Prefieren leer solos, tomando la información que ven en la página impresa, sin oír el sonido de palabras en su mente.
Los comunicadores en impreso hallan difícil memorizar, pero los comunicadores orales memorizan muy bien. Es importante notar, sin embargo, que los comunicadores orales memorizan lo que oyen, no loque leen. Es más, memorizan más rápido si el estilo es natural y agradable. Los materiales traducidos por lo general suenan muy ajenos y no atractivos a menos que se traduzcan en un estado natural y atractivo.
Slack (1991) nota que Las presentaciones orales entre comunicadores orales por lo general se convierten en una forma de arte. Como resultado, un relato que se dice en forma artística siempre se recordará con mayor facilidad que un relato que meramente se lee en voz alta.
Es mucho más difícil para el oyente aprender de memoria un relato que ha sido leído, en comparación con un relato que se ha contado. En todo lo que sea posible, el contenido de un relato debe ser una construcción oral y no el decir de un relato escrito, construido textualmente.
Como Viggo Søgaard a menudo destaca, una traducción de las Escrituras destinada a una presentación de audio debe “conformarse a los rasgos, estilo y estructura del discurso oral antes que a los de los medios impresos. Necesitamos hallar el equivalente al audio preciso de las características impresas tales como sangría de párrafos, subtítulos, comillas, notas al calce, y así por el estilo, a fin de proveer a las audiencias la misma calidad de texto que se provee para los lectores” (1991:13/3).
El texto se debería entonces marcar de tal manera que se logra la correcta cali-dad de voz, dialecto, velocidad, modo, etc., y se utilizan los correctos efectos de sonido y música (1991:14/3).
Esto por lo general se indica en los guiones, dando entre corchetes o en una columna paralela, instrucciones para los que leen. Algunos guiones también incluyen subrayados para indicar el énfasis, y diagonales o guiones para indicar pausas de varios largos. Los buenos lectores repasarán tanto el texto como también la manera de decirlo, hasta que ambas cosas estén casi memorizadas, y entonces se puede grabar el texto.
Otra necesidad adicional es proveer un guía o narrador para “proveer las instrucciones y explicaciones necesarias” (Søgaard 1995). Incluso si el texto se va a distribuir por medios impresos, con todo es importante que suene bien, porque los lectores pueden imaginarse los sonidos al leer o pueden leer a otros el texto en voz alta.
En todo lo que sea posible se debe usar actores de calidad profesional para grabar las Escrituras y otros mensajes. Esto hace mucho más que añadir atractivo. Un texto leído pobremente tal vez incluso ni siquiera suene verdadero.
Cuando se habla o lee en voz alta un texto de las Escrituras, el significado que recibe el oyente depende no sólo de las palabras sino también de la expre-sión que el que habla le da a las palabras (Søgaard 1991:13/3).
Para el comunicador oral, la credibilidad de un mensaje también se relaciona a cuán realista suena. Por esto, desde tiempos antiguos, las clases de retórica han enseñado que el que habla debe expresar las emociones que correspondan a lo que está diciendo, o de lo contrario la gente no le creará. Si la persona que lee una parte en un programa no desem-peña su papel como un actor, entonces lo que dice no sonará creíble. La voz no debe distraer al oyente del mensaje, como Viggo Søgaard (1993: 139) nota:
El tono de la voz, la velocidad del habla, y el uso de palabras, todo eso dice algo en cuanto al que habla y su actitud hacia el público. La voz tiene que ser tan buena y tan apropi-ada que el oyente en realidad se olvide de la voz y escuche el contenido. El uso de testimonios person-ales, sean dados en un monólogo, en una entrevista, o median-te un canto, puede ser el mejor enfoque para esto.
Hemos notado que los comunicadores orales son agudamente sensibles a la calidad del sonido de las comunicaciones. Esto tiene varias implicaciones para el desarrollo de materiales para públicos orales:
• Implicación:
Idealmente, las grabaciones se deben producir usando actores, directores y músicos profesionales, así como también estudios y técnicos profesionales. La buena actuación, música local buena y apropiada, y efectos sonoros apropiados pueden hacer el programa más popular y más influyente.
• Implicación:
Las traducciones de las Escrituras, programas de radio, guiones dramáticos, relatos y testimonios se deben frasear de tal manera que suenen bien al oído.
• Implicación:
Las voces deben ser agradables de oír; el locutor debe sonar cálido.
• Implicación:
El habla en un diálogo, testimonio, entrevista o drama debe sonar realista.
Un método que ayuda a un autor a hacer una composición o traducción que suene bien es que la diga en voz alta antes de escribirla, o incluso que la hable en una grabación y la escriba después. Malmstrom llama a esto la técnica de “pensarlo, decirlo, y entonces escribirlo” (1991:113). El borrador terminado puede entonces grabarse y usarlo para prueba entre comunicadores orales. Si resulta que a menudo en el proceso de grabación salen a la luz frases incómodas o ambiguas, estas se pueden cambiar en el acto.
A menudo los que sirven de voz mencionarán frases que suenan no naturales o no claras y recomendará mejoras. Pero también harán pequeños cambios subconscientemente, especialmente si casi han memorizado sus partes. Sus cambios a veces revelarán mejores fraseos, pero a veces reflejan un malentendido. En cualquier caso, el texto tal vez necesite que se lo revise. Para eso es bueno que el autor o el que controla el guión esté presente durante las grabaciones, tanto para asegurar que se adhieren al texto como para aprobar cambios al texto.
Al oír porciones de las Escrituras transmitidas por radio, los oyentes orientados a relaciones con mayor probabilidad oirán con una mente abierta y corazón cálido si el que habla los trata de una manera relacional. Søgaard señala que debido a que el mensaje del evangelio es en cuanto a relaciones personales, las personas necesitan recibir el mensaje en el contexto de una relación personal, incluso por radio. Él anota que: al que transmite se le debe comunicar como una persona, y a los oyentes se les debe tratar como individuos y no como una ‘masa’ mal definida. . . .
Se debe dar especial atención a salvaguardar este enfoque centrado en la persona en la comunicación por radio (1993:139).
FEBA, es sus trasmisiones por radio y corresponden-cia ha tenido éxito al desarrollar un número de buenas relaciones a pesar de la distancia física. A veces esto toma la forma de correspondencia perso-nal regular entre ciertos oyentes y uno de los corresponsales de FEBA. A veces transmiten por aire mensajes para sus oyentes, e incluso respuestas de ellos a otros oyentes.
Rick Brown es erudito de la Biblia y estratega de misiones.
Ha participado en alcance en África y Asia desde 1977.