Los Latinos Y El Desafío De La Traducción Bíblica

“Como sabes español, recomendamos que vayas a Papúa Nueva Guinea”, le indicaron los representantes de los Traductores Bíblicos Wycliffe (WBT) a la inglesa Alison Kassell “¿A poco se habla español en Papúa Nueva Guinea?”, preguntó la joven rubia. La respuesta le dio a conocer un proyecto inusual en las organizaciones misioneras trasnacionales.

De hecho, no se habla el castellano en esa nación, ubicada en una isla grande entre Indonesia y Australia; el tok pisin es una de las lenguas nacionales, junto con el inglés y el motu. El tok pisin es utilizada básicamente para el comercio y para comunicarse entre grupos, sin ser la lengua materna de ninguna etnia.

Sin embargo, están despertando a un cambio importante en el mundo cristiano evangélico: la región donde hay más crecimiento de la iglesia hoy en día, es precisamente América Latina, y existe un auge en cuanto a la obra misionera. A la vez del despertar del otrora “gigante dormido” de América, Europa se ha convertido en un país post-cristiano en muchos sentidos, y Estados Unidos ha sufrido un importante declive en el vigor del cristianismo evangélico.

En años pasados, anualmente llegaban en promedio unos seis misioneros de Wycliffe a trabajar en Papúa Nueva Guinea (PNG); últimamente, este número se ha reducido. Dado el auge de la iglesia latina, la organización ideó el “proyecto Papúa Nueva Guinea” para el cual buscaron misioneros de habla inglesa que supieran castellano, para colaborar en las encuestas sociolingüísticas en la isla.

Este año, el 2004, fue por segunda vez un equipo de cinco jóvenes latinos para pasar el verano en aquel país, acompañar en las encuestas sociolingüísticas a los misioneros de habla inglesa, observar el trabajo y conocer más de las necesidades de PNG en cuanto a alfabetización y traducción bíblica. Muchas veces les tocó viajar a pie por caminos lodosos y calurosos durante días; en otras ocasiones fue necesario trasladarse en helicóptero o en lancha. En las aldeas, por lo general comían lo que abunda más: camote, camote y más camote.

Después regresaron los cinco jóvenes a sus países, cada quien con un misionero de WBT, para visitar el mayor número posible de iglesias, seminarios, alianzas de pastores, uniones juveniles y programas de radio, entre otros.

Alison llegó a México con la potosina Marcela Metlich, quien ya tenía conocimientos que adquirió en el diplomado de Lingüística Descriptiva y Empatía Cultural en la Universidad Madero de Puebla, en 2003. Entre septiembre y noviembre de este año, las dos señoritas estuvieron compartiendo sus experiencias y las necesidades de PNG en 16 ciudades de México: San Luis Potosí, Monterrey, Piedras Negras, Puebla, Cuernavaca, Veracruz, Oaxaca y tres ciudades de Chiapas, entre otras. Con presentaciones multimedia, testimonios, juegos y dinámicas, hicieron que diferentes grupos cristianos conocieran algo de los retos de alcanzar a las culturas que viven en las costas y las selvas de aquella nación montañosa.

Muchos creyentes han visto la película o leído el libro Hijo de paz, que cuenta la historia de cómo una tribu aislada de Papúa (en la parte occidental de la isla, que pertenece a Indonesia) llegó a conocer el Evangelio. Hoy en día ha llegado el mensaje de vida a muchos rincones de la isla, pero por la ausencia de las Escrituras en su lengua, muchas de las 823 etnias de PNG tienen una comprensión limitada del mensaje. A veces los cantos y predicaciones de sus cultos se llevan a cabo en otra lengua que la que usan en su vida diaria.

Varios grupos donde ya existen iglesias, como los Kaki Ae, tienen años pidiendo que alguien vaya a traducir la Biblia para ellos, pero no ha habido suficientes obreros preparados. Además de lingüistas y traductores para unos 300 grupos lingüísticos, la obra misionera requiere mecánicos, pilotos, diseñadores, maestros, alfabetizadores, encuestadores y muchos más.

Las misioneras llamaron la atención de su audiencia a un hecho abrumador: de los aproximadamente 6,000 lenguas del mundo, cerca de 3,000 no tienen ninguna porción de la Palabra de Dios. Este número se traduce en ¡más de 380,000,000 habitantes!

Los organizadores del proyecto PNG están orando para que a través de esta gira, el Señor provea 28 misioneros latinos para trabajar en Papúa Nueva Guinea. Esta oración se une a las de miles de cristianos de todo el mundo por la Visión 2025. Para ese año, la meta es que en todos los grupos étnicos del mundo que la necesiten, se haya iniciado la traducción de la Biblia. Si el trabajo siguiera a su velocidad actual, ¡tardaría 300 años en terminarse!

¿Quién irá? Dios mediante, el Espíritu tocará los corazones de muchos para que digan “Heme aquí; envíame a mí” (Isaías 6:8).

Si usted está interesado o conoce a alguien que pudiera interesarse en servir en la traducción bíblica, consulte la página web: https://tbm.org.mx/

Margarita Hord de Méndez