El marco general del Congreso será la declaración de Lausana, “toda la iglesia llevando todo el evangelio a todo el mundo”, de la siguiente forma:
Contenido
1 Todo el evangelio:
2 Todo el mundo:
3 Toda la Iglesia:
4 Enlaces
Todo el evangelio:
El caso a favor de la verdad y la singularidad de Jesucristo en un mundo pluralista. Consideraremos la interacción del cristianismo con otras religiones y el desafío del pluralismo. Como respuesta a la reflexión y consideración bíblica del desafío, volveremos a comprometernos en declarar la singularidad de Jesucristo.
Desarrollando una teología de la reconciliación. Después de una reflexión bíblica sobre la reconciliación, consideraremos el tema de la identidad humana que está detrás de los conflictos alrededor del mundo y nuestra ambigüedad en la ética biomédica y moral. Como iglesia, nos arrepentiremos y pediremos la ayuda de Dios para reconciliarnos unos con otros.
Todo el mundo:
Buenas nuevas para un mundo deshecho. Contemplaremos el desafío de sufrir, buscando entender mejor los temas globales de injusticia económica, enfermedades, medio ambiente y pobreza. Si hemos de interactuar con la cultura para Cristo, tenemos que estar dotados de poder por el Espíritu Santo.
La tarea incompleta. El desafío de la tarea incompleta explorará nuevos desafíos y oportunidades para la evangelización, incluyendo pueblos no alcanzados, urbanización, migración, grupos de la Diáspora y el papel de las mujeres.
Nos veremos alentados al considerar nuevas formas de asociaciones dentro y a lo largo del mundo minoritario y mayoritario al cooperar en la evangelización mundial.
Toda la Iglesia:
Un llamado a una reforma de la iglesia en el siglo XXI. El desafío del relativismo es uno que debemos encarar si la Iglesia ha de experimentar un renacimiento y una renovación. Esperamos un llamado apasionado a favor de un carácter como el de Cristo, tanto en lo individual como en lo colectivo. También consideraremos la enseñanza de la prosperidad, la teología del derecho y temas de pureza moral con el desafío de vivir como un pueblo distintivo.
Unidad de la iglesia. Bajo el desafío de la unidad, consideraremos quiénes están haciendo qué cosas, y qué cosas no se están haciendo. Apelaremos a la unidad y a una creciente cooperación entre los evangélicos en todo el mundo. El culto de cierre es un llamado a la acción, que es un compromiso renovado con un discipulado dedicado y al señorío de Cristo al prepararnos para difundir el evangelio en todo el mundo con integridad y valentía.