Revista del Consumidor – Son comerciantes, estudiantes, poetas, abogados, padres y madres; son consumidores como usted, pero caminan por las calles con la ayuda de un bastón o un perro, ante las miradas de extrañeza o indiferencia de los que ven. Para ellos la ceguera más grave, y su principal obstáculo, no es la de los ojos, sino la que provoca que sean incomprendidos.
Personas que padecen alguna discapacidad: Más de un millón 795 mil. (2005)
Porcentaje de esta población que padece discapacidad visual: 26% (segundo sitio después de la motriz).
Discapacitados visuales mayores de 60 años: 48.8%
Entre 39 y 50 años: 33%
Menores de 30 años: 17.2%
Porcentaje de discapacitados visuales que no cuentan con servicios de salud: 58.4%
Esperanza – Esperanza es una mujer que no permitió que la ceguera fuera un obstáculo en su vida; esposa, madre de cuatro hijos, comerciante y coordinadora de la Asociación de Estudiantes Invidentes de México, sabe que tiene mucho que ofrecer:
«Todos somos normales, la ceguera es un defecto más que tenemos como seres humanos, más no es una traba para seguir adelante».
Benigno es esposo de Esperanza y presidente de la asociación antes mencionada, se conocieron en el Comité Internacional pro Ciegos, donde iban a rehabilitarse, debido a que desde la infancia ambos perdieron la vista por un accidente.
Esperanza comenta que la asociación (actualmente conformada por alrededor de 125 personas)se fundó cuando un grupo de estudiantes con discapacidad visual tuvieron la necesidad de unirse debido a las dificultades que enfrentaban, como conseguir trabajo o buscar un lugar adecuado para rehabilitarse.
Además de atender la asociación, Benigno, con la ayuda de Esperanza, se dedica al comercio ambulante en el Centro Histórico, al igual que muchos invidentes: «Hay mucha discriminación, sobre todo si se es discapacitado, y si no estamos en edad de laborar en las fábricas la discriminación es doble, tenemos que buscar un modo de subsistir». Esperanza menciona que otro problema es la poca amabilidad de las personas: «En ocasiones vamos a un centro comercial o al banco y no hay quien nos auxilie, o nadie nos quiere ayudar a atravesar la calle. Los taxistas se dan cuenta de que somos invidentes y no nos dan el servicio o en el súper uno solito tiene que guiarse, porque ni la gente que trabaja ahí es capaz de decir: “venga, lo voy a llevar’ o preguntar ‘¿a dónde va?’.»
Esperanza no ha olvidado los colores y sonríe al recordar que cuando empezó a estudiar el «brai», como ella llama al sistema Braille, imaginaba que cada letra del abecedario tenía un color: la «m» anaranjada, la «e» verde, la «i» rosa…
La ley no discrimina
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, Artículo 1: «Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las capacidades diferentes, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas».
Ley Federal de Protección al Consumidor, artículo 58:
«los proveedores de bienes y servicios que ofrezcan éstos al público en general, no podrán establecer preferencias o discriminación alguna respecto a los solicitantes del servicio, tales como selección de clientela, condicionamiento del consumo, reserva del derecho de admisión, exclusión a personas con discapacidad y otras prácticas similares (…)».
«Los proveedores están obligados a dar las facilidades o contar con los dispositivos indispensables para que las personas con discapacidad puedan utilizar los bienes o servicios que ofrecen».
Personas que padecen alguna discapacidad: Más de un millón 795 mil.
Porcentaje de esta población que padece discapacidad visual:
26% (segundo sitio después de la motriz).
Discapacitados visuales mayores de 60 años: 48.8%
Entre 39 y 50 años: 33%
Menores de 30 años: 17.2%
Porcentaje de discapacitados visuales que no cuentan con servicios de salud: 58.4%
Jorge Fernández Granados, destacado escritor mexicano, hace 10 años aproximadamente perdió el ojo izquierdo y la visión del derecho se ha reducido de manera gradual, ahora sólo ve sombras y objetos con colores muy contrastantes (a lo que se le denomina debilidad visual) y es con la ayuda de la tecnología que continúa su trabajo literario: «Irónicamente yo veo mucho mejor la realidad en una pantalla de computadora que en la vida real».
Por otra parte, el ganador del Premio Nacional de Poesía Aguascalientes 2000, opina que más que un problema de discriminación hacia las personas con discapacidad visual se trata de un problema de incomprensión: «La gente no sabe si ves o no ves, no sabe si ayudarte o no, no sabe cómo tratarte; ya me ha tocado más de una vez, creen que uno está drogado o que no ves nada y cuando se dan cuenta que sí ves algo, creen que los estás timando». Y añade: «Todos hemos sentido la dificultad que representa que el cuerpo no responda, piensen eso cuando vean una persona con discapacidad».
Para el poeta vivir en el caos que representa la Ciudad de México es un gran peligro, sobre todo si se padece de una discapacidad visual y aunado a esto, situaciones como ir al supermercado, que para la mayoría parecen tan sencillas, para una persona con discapacidad se tornan complejas.
«Cuando llegas al supermercado y te pones a manosear, creen que vas a robar, y si buscas ayuda la gente tiene mucha desconfianza. Son detalles simples, pero que requieren la confianza, la comprensión y la solidaridad de las personas».
El también autor del libro Los hábitos de la ceniza, comenta que la literatura, y sobre todo la poesía, es una de las actividades humanas más generosas con las personas con discapacidad: «Puede uno perder sus manos, sus piernas, sus ojos, sus oídos, pero mientras uno todavía tenga alma, uno puede seguir escribiendo; a la discapacidad le cuesta trabajo discapacitar a un poeta».
Gustavo, abogado
Gustavo también es ciego, perdió la vista a los 16 años a raíz de una enfermedad llamada glaucoma, con la que nació. Para él la ceguera nunca fue un obstáculo que le impidiera lograr sus objetivos, sin embargo, también reconoce que su principal problema ha sido la discriminación, por lo que se decidió a fundar la Asociación México sin Discriminación, la cual preside. Una de las principales motivaciones para que Gustavo se aventurara en esta lucha, es la molestia que siente cuando los consumidores invidentes son discriminados: «Los meseros han tenido el atrevimiento de preguntarnos si traemos para pagar o no te hacen caso cuando pides que tomen la orden o te den la cuenta». A pesar de las dificultades que tuvo en la universidad concluyó la licenciatura en Derecho Penal con un promedio de 9.90 y mención honorífica porque: «me ‘fascina’ y me permite apoyar a las personas que pertenecen a grupos vulnerables».
Después de la jornada de trabajo, que finaliza alrededor de las 14:00 horas, Gustavo estudia la maestría en Derecho Procesal Penal en el Instituto de Estudios Superiores de Derecho Penal y aproximadamente a las 20:00 horas llega a casa donde lo espera su esposa.
Emocionado recuerda que la conoció en la Biblioteca México, en el área para invidentes. Después de 10 meses de noviazgo decidieron casarse, porque como dice Gustavo, el amor es ciego y, más a su favor, ellos también: «Ella es maestra de música, yo también soy músico; nos conocimos, juntos formamos un grupo y grabamos un disco. Yo toco la guitarra eléctrica y ella es la vocalista».
Iván estudia sociología en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Al igual que muchos universitarios se traslada de Buenavista a Ciudad Universitaria en metro, pero siempre con la compañía de Dustin, un golden retriever que le sirve de guía y por quien en algunas ocasiones no lo dejaron abordar el transporte.
Mientras fuma, comenta que fue por un exceso de oxigenación en la incubadora que perdió la vista (no le gusta hablar del tema y lo evade); sin embargo, la principal limitación que enfrenta es «la discriminación, que está imperando en la sociedad, es algo que no te permite tener un trabajo, cuando vas por las calles te clasifican como una persona rara, como algo fuera de lo normal».
Erradicar discriminación en MéxicoCuando Dustin no lo guía sólo le queda como recurso para desplazarse el bastón, ya que la mayoría de los peatones se niegan a ayudarlo a cruzar las calles: «Si te ven con el bastón piensan que estás pidiendo limosna, pero en realidad estás pidiendo pasar una calle porque tienes que ir al trabajo, a la escuela».
A pesar de lo que muchos creen, Iván no tuvo una infancia tan diferente a la del resto de los niños, no había distinción, los compañeros de juego sólo tenían que tener un poco más de cuidado: «Muchas veces la gente invidente no se adapta a las demás personas, se encierran en un círculo. Sin embargo, cuando uno quiere superarse, los problemas no los genera uno sino la sociedad».
En palabras del joven, fue en la universidad donde empezó a tener mayores problemas de discriminación por parte de los profesores: «El mayor problema es cuando algún profesor te dice ‘yo no estoy capacitado para darte clase’, cuando lo único que tienen que hacer es dar una buena clase; tú te encargas de pedirle a alguien que te lea los libros si no tienes dinero para comprar una computadora con equipo especializado».
Por otro lado, como consumidor, Iván no siempre recibe un trato adecuado, ya que en algunos lugares como centros comerciales o bancos no le permiten entrar con el perro, sin considerar que el animal está educado para hacer un trabajo fundamental: ser sus ojos. A Iván le gustaría que ya no hubiera más generaciones futuras de discapacitados, que la suya fuera la última, pero sabe que no es posible, así que espera que la sociedad tome conciencia y que piense: ¿qué harían ellos si su madre o un hermano estuviera en esa condición?
Usted, lector, que no sufre ninguna discapacidad, tenga presente que todos tenemos defectos y virtudes, y que la peor ceguera no es la física, sino aquella que provoca que las personas sean discriminadas por no ser como la mayoría.
El que el común denominador de estas historias sea un sentido rechazo a la discriminación, nos revela que como sociedad nos falta andar mucho en el terreno de la igualdad. Como consumidores, como ciudadanos, en la medida de lo posible, apoyemos a estas personas en sus actividades cotidianas (aunque sea ayudándolas a atravesar la calle). Aunque no lo parezca, esa simple acción es un gran paso hacia el entendimiento de lo que significa ser discapacitado visual.
Discapacidad en México
De acuerdo con la Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud, presentada en 2001, las personas con discapacidad “son aquellas que tienen una o más deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales y que al interactuar con distintos ambientes del entorno social pueden impedir su participación plena y efectiva en igualdad de condiciones a las demás”.
A nivel nacional al año 2010, las personas que tienen algún tipo de discapacidad son 5 millones 739 mil 270, lo que representa 5.1% de la población total. En México, de las personas que presentan alguna discapacidad, 49% son hombres y 51% mujeres.
Tipos de actividades con dificultad
Los más conocidos son:
Caminar o moverse. Hace referencia a la dificultad de una persona para moverse, caminar, desplazarse o subir escaleras debido a la falta de toda o una parte de sus piernas; incluye también a quienes teniendo sus piernas no tienen movimiento o presentan restricciones para moverse, de tal forma que necesitan ayuda de otras persona, silla de ruedas u otro aparato, como andadera o pierna artificial.
Ver. Abarca la pérdida total de la vista en uno o ambos ojos, así como a los débiles visuales y a los que aún usando lentes no pueden ver bien por lo avanzado de sus problemas visuales.
Mental. Abarca cualquier problema de tipo mental como retraso, alteraciones de la conducta o del comportamiento.
Escuchar. Incluye a las personas que no pueden oír, así como aquellas que presentan dificultad para escuchar (debilidad auditiva), en uno o ambos oídos, a las que aún usando aparato auditivo tiene dificultad para escuchar debido a lo avanzado de su problema.
Hablar o comunicarse. Hace referencia a los problemas para comunicarse con los demás, debido a limitaciones para hablar o porque no pueden platicar o conversar de forma comprensible.
Atención y aprendizaje. Incluye las limitaciones o dificultades para aprender una nueva tarea o para poner atención por determinado tiempo, así como limitaciones para recordar información o actividades que se deben realizar en la vida cotidiana.
Autocuidado. Hace referencia a las limitaciones o dificultades para atender por sí mismo el cuidado personal, como bañarse, vestirse o tomar alimentos.
La limitación de la movilidad es la de mayor frecuencia entre la población del país; alrededor de la mitad de las limitaciones declaradas se refieren a caminar o moverse. El segundo tipo de limitación es la de tener problemas para ver, aún usando lentes. Una persona puede tener más de una discapacidad, por ejemplo: los sordomudos tienen una limitación auditiva y otra de lenguaje o quienes sufren de parálisis cerebral presentan problemas motores y de lenguaje.
Porcentaje de la población con discapacidad según dificultad en la actividad (Año 2010).
Causas de discapacidad
Los motivos que producen discapacidad en las personas pueden ser variados, pero el INEGI los clasifica en cuatro grupos de causas principales: nacimiento, enfermedad, accidente y edad avanzada.
De cada 100 personas con discapacidad:
39 la tienen porque sufrieron alguna enfermedad.
23 están afectados por edad avanzada.
16 la adquirieron por herencia, durante el embarazo o al momento de nacer.
15 quedaron con lesión a consecuencia de algún accidente.
8 debido a otras causas.
Porcentaje de la población con discapacidad según causa de la misma (Año 2010).
FUENTE: INEGI. Censo de Población y Vivienda 2010, Cuestionario ampliado.
¿Qué pasa en México con los invidentes?
Hablar hoy de Mundo de las personas ciegas o débiles visuales, es una buena oportunidad para ponernos a pensar qué hacemos como sociedad para hacerles la vida un poquito más sencilla.
Supongo que todos creemos que ser invidente es algo súper complicado, y la verdad, no creo que estemos tan equivocados.
Los casi 500 mil mexicanos con esta discapacidad tienen que buscar la manera de hacer su vida sin luz, y desgraciadamente, también tienen que aprender a soportar discriminación y algunos malos tratos al caminar por la calle o buscar trabajo.
Las oportunidades de los invidentes pueden ser tan reducidas que sólo tres de cada cien llegan a niveles superiores de educación, u obtienen un posgrado. Asimismo, según estadísticas del Comité Internacional Pro Ciegos, sólo 13 de cada 200 alumnos consiguen un buen empleo.
En nuestro país existen algunas instituciones sin fines de lucro que tienen el objetivo de rehabilitar a las personas débiles visualmente, con el objetivo de que éstas puedan actuar con independencia. Una de ellas es el Comité Internacional Pro Ciegos IAP que se encarga de ayudar a los invidentes para terminar la primaria, secundaria y preparatoria.
De igual forma, existe el Centro de Estudios para invidentes, que se ha encargado de traducir al lenguaje braille diferentes materiales educativos. Lo interesante de esto es que los libros se pueden solicitar por Internet y el Centro se encarga de enviar la copia correspondiente.
Y por su parte, la Escuela de Cómputo del Instituto Politécnico Nacional, también ha puesto su granito de arena para ayudar a personas con esta discapacidad creando un sistema para convertir archivos de texto a braille.
Pero a pesar de todos los obstáculos que se puedan presentar, existen testimonios de invidentes que han logrado sobresalir contra todos los pronósticos. Vale la pena que revisen este texto de Carlos Arriola, un hombre que perdió la vista debido a la diabetes pero que logró obtener el grado de Maestro en Ciencias en Ingeniería de Sistemas.
También son un ejemplo las deportistas sonorenses Lizeth Aguiar y Blanca Lucía Jonapá quienes lograron clasificar al Mundial de Ciegos y débiles visuales que está por celebrarse en Colorado Springs, California.
Ejemplos hay muchos, y puede haber muchos más si como sociedad contribuimos a que los espacios sean para todos, y no sólo para los que podemos ver.
Por el momento, en la delegación Benito Juárez de la Ciudad de México comerciantes invidentes pelean para que las autoridades correspondientes permitan que continúen trabajando con sus puestos ambulantes. Este caso está ligado a la Asociación Nacional de Invidentes Comerciantes, la cual, organiza a todos los ciegos que recorren los vagones del metro vendiendo diferente mercancía.
Y aunque en México ahí vamos trabajando para que se respete el espacio de estas personas, es países como Estados Unidos o Alemania cada vez son más las actividades que se adaptan a los invidentes.
Por ejemplo, en el vecino del norte se ha creado el béisbol para ciegos. La diferencia con un partido “normal” es que el público no puede echar porras, ya que esto evitaría que los jugadores escucharan el timbre de la pelota y las vibraciones de las bases que indican hacia donde correr.
Y en la ciudad de Dusseldorf en Alemania, existe la cerveza para ciegos. Lo que tiene de diferente esta bebida es la etiqueta escrita en braille, con lo que los invidentes pueden leer los ingredientes y saber exactamente qué están tomando.
Por nuestra parte, podemos enorgullecernos ampliamente de tener el teatro para ciegos. La compañía teatral Carlos Ancira, bajo la dirección de Pablo Moreno Viveros presenta “La Casa de los deseos”, una obra que estimula todos los sentidos, excepto la vista.
Esta obra está dirigida para personas invidentes ya que se disfruta con el resto de los sentidos: gusto, tacto, olfato y oído. Esta obra tiene cerca de 1000 representaciones debido a su excelente planeación.
Si tienen interés en asistir a alguna de las funciones se puede, sólo que tendrán que vendar sus ojos para que puedan realmente disfrutar la obra.
Finalmente, les dejo estas recomendaciones del Comité Internacional Pro Ciegos IAP sobre cómo se debe tratar a un ciego:
En primer lugar, se le debe tratar normalmente.
Es importante que él note nuestra presencia, por lo que hay que hablarle de frente para que sepa en donde estamos ubicados.
Ellos sentirán nuestro saludo más cordial si los tomamos de la mano.
Si lo vamos a ayudar a trasladarse, lo mejor es ofrecer nuestro brazo, no tomar el suyo.
Debemos olvidarnos del lenguaje corporal, hay que “decir con palabras” todos nuestros gestos y movimientos.
Súper importante no molestarnos si se rehúsa a aceptar nuestra ayuda, si reaccionamos violentamente es posible que ellos decidan alejarse más de las personas.
Siempre que nos vayamos a retirar debemos hacérselo saber en voz alta e indicarle en dónde está parado y que objetos hay a su alrededor.
Lo importante es que se sienta en confianza y que note que para nosotros él es una persona, como cualquier otra.
Después de leer esto, creo que todos debemos preguntarnos cuál es nuestra contribución para hacer de este mundo un lugar habitable para los invidentes.
¿Alguien tiene un familiar o un amigo invidente?, ¿cómo es su vida?, ¿qué hace para ayudarlo? ¿Qué hace falta para que nuestra sociedad acepte por completo a la gente ciega?, ¿qué deben hacer las autoridades y qué debemos hacer como sociedad?
Fuente:
http://blogs.eluniversal.com.mx/camposeliseos/
Por Katia D’Artigues Beauregard