Es interesante lo que dice el señor Joaquín M. Aguirre del escrito de Havelock acerca de la memorización efectiva que depende del uso del ritmo y como la escritura reemplaza la narrativa y el pensamiento oral. Menciona en su artículo que la aparición de dispositivos de almacenamiento redujo la posición de los poetas, siendo esta posición importante dentro del sistema de la cultura en la memorización colectiva.
La investigación deLord al ampliar el trabajo de Parry explica que el aprender a leer y escribir incapacita al poeta oral: introduce en su mente el concepto de un texto que gobierna la narración y por lo tanto interfiere en los procesos orales de composición, que consisten en «la remembranza de cantos escuchados».
Los poetas orales no memorizan palabra por palabra. Básicamente repiten las mismas fórmulas y temas, pero son hilados o «poetizados» de modo distinto en cada interpretación, incluso por el mismo poeta, según la reacción del público, la disposición del poeta o la ocasión, así como otros factores sociales y psicológicos.
Creo que mientras los gobiernos del mundo difieren la elaboración de alfabetos, miles de textos impresos jamás serán leídos por razones políticas y sociales. Los textos no podrán equiparar la sencillez de la oralidad. Nunca podrán sustituir los matices de los cantos fervientes que atrapan a los oyentes de las culturas orales. Un hombre dijo con mucha certeza que estamos obligados a encerrar mil amores y mil odios bajo un mismo amor y bajo un mismo odio. Pienso en los mil y un sentimientos que puede transmitir la voz del narrador experimentado. ¿Qué corazón anheloso no es vivificado por el alma apasionada que rompe el silencio.
Las culturas de tradición oral ricas en proverbios, dichos, historias y cuentos son capaces de mostrar al mundo la magnificencia de su cosmos sin recurrir a la lectoescritura. Es entonces la lectoescritura una sierva de la oralidad que ha pretendido tomar un lugar que no le corresponde, estorbando el desarrollo del potencial de la oralidad. La lectoescritura se ha introducido en las culturas orales sin comprensión de su verdadera posición, lejos de asumir su asignación de servicio ha cortado las alas del ave libre, ha encerrado en muros la libertad del lince.
Por Elizabeth Lozano Pérez, Egresada del Curso Internacional de Lingüística, Traducción y Alfabetización, Universidad Ricardo Palma en Lima, Perú